martes, agosto 30, 2005

La filosofía el Sr. Vancoillie....


Para los efectos de la claridad fonética, el Sr "Fanculí" (pronunciación en perfecto holandés del nombre arriba mencionado), es nada más y nada menos que mi estimado Sr. Esposo (cosa que acaba de sonar de un pavoso...). Agradezco no hacer bromas en torno a mi apellido de casada que por gloriosa suerte tengo la facultad de no portar.... y creo que es mejor porque eso de Ordoñez Martinez de Vancoillie... deja sin aire a más de uno!

El Sr. Vancoillie, de aquí en adelante "Joris" a secas, es un ser muy poco convencional que tiene unas subidas y unas bajadas de humores que me desconciertan... y que me conozco. A rato unas, a rato otras. Es decir, a veces lo quiero matar, a veces el coraje no me da. Creo que pasa en los matrimonios...

Este ser con el que decidí compartir vida es tan poco convencional como su corazón. Supongo que les comenté y se leyeron (silencio en la audiencia...) un mensaje en el que hablaba de él. Joris padece de una hipertrofia cardíaca y le falla la válvula mitral, lo que hace que en unos 10 años (puede ser más, puede ser menos... dijo el infelíz del cardiólogo) habría que operarlo para corregir esa válvula. Para resumirles el cuento de esta belleza, mi esposo tiene serios problemas con el motorcito que lo mantiene respirando y pegado de este lado de los vivos. Y eso tiene sus implicaciones. Como sufre de hipertrofia cardíaca, su corazón no sabe manejar el "estres" (en términos médicos, no pura "ansiedad nerviosa") y cuando sobrepasa las 130 pulsaciones por minuto (ppm) el miocardio, pared externa del corazón, se va engrosando. Este engrosamiento es por lo general "localizado", es decir, afecta particularmente un área. En el caso de Joris es, nada más y nada menos, que por los alrededores de la aorta. Cabe destacar que si pasa de las 130ppm, el miocardio reacciona engrosándose más. Qué quiere decir esto? Que para prolongar su vida y evitar que la aorta o la hipertofia lo maten antes que la válvula mitral, Joris tiene que vivir por debajo de 130ppm. Claro el punto?

Ahora, que te digan eso así, como explicación que forma parte del acervo cultural de uno, vaya y pase. Es hasta interesante y uno se puede poner a preguntar una pila de tonterías más en torno al asunto. Pero cuando te dicen eso hablando de lo que arrojaron unos exámenes que te hicieron y unos estudios que te practicaron porque "se ve algo raro que hay que estudiar más" en los exámenes preliminares... Pues te quedas al principio en shock. "130ppm... con no pasarme de eso tengo."

Vale, eso te lo puedes aguantar, te lo puedes creer, te lo puedes controlar... pero el médico, sádico como todos, te ve la cara de "medio repuesto" después del paloteo inicial y te sigue diciendo con tono de profesor: "claro, como usted sabe esta condición es hereditaria y se ve que en su familia, debido a que su madre tiene un desfibrilador y que su tío murió de un infarto masivo pues...". En ese momento interrumpes la explicación y en voz alta repites lo que acaba de grabársete en la memoria "hereditario, doctor?" Como no fuera buena la suerte que te tocó ese día, te aclara el médico "sí, en un 50%"...

Yo, que en 4 años de relación a distancia no ví a Joris cada día, no voy a salir a decir que "en mi vida lo había visto..." porque no lo veía a cada rato! Aunque lo he visto muchas muchas veces. Así pues, en el tiempo que la vida me ha dado para conocer a Joris, nunca lo había visto tan en shock y consternado como en ese aciago momento. Después de concluir la visita al doctor, agradecerle la explicación, recibir una copia de los informes... salimos del consultorio en lo que creímos iba a ser una "consulta tranquilizadora" que resultó en una "sentencia de vida". Sí, porque no es que le iban a quitar la vida, que es una "sentencia de muerte", sino que le regulaban todo lo que le quedara de vida. Por eso la llamo así.

No quiso un abrazo. No quiso llorar. No podía con su rabia y su impotencia... "Por qué a mí? claro, porque quiero hacer ciclismo y quiero hacer el Tour de Flandes como aficionado y tengo 2 años con mi cosa del ciclismo y soñando con una bicicleta de carbono para ir más rápido... pero no puedo porque mis músculos se supone que no le exijan a mi corazón más de 130 ppm!!!"

Yo? Muda... qué podía decir si era verdad? Su hermano no hace deporte, fuma lo que se le antoja, bebe si le place, y Joris no puede tomar nada de alcohol porque tiene una cosa que parece pero no es epilepsia (así mismo se lo dijeron los médicos en su cara... que no sabían qué era sino qué NO era lo que él tenía en la cabeza y lo que PODRIA ayudarlo a evitar un ataque como los de las epilepsias pero sin convulsionar... sólo "desconexión del cerebro" y ley de inercia y gravedad contigo...) y que lo hace depender de pastillas para no tener un ataque más nunca. Además de la pastilla debe dormir un mínimo de 8 horas diarias y evitar alcohol o cigarrillos porque compromete la absorción del fármaco del anticonvulsionante que toma cada noche, antes de ir a dormir, en un ritual del que depende su vida y su "normalidad".

Ahora con el corazón. "Y claro, entre mi hermano y yo, tenía que sacarlo yo, el que no fuma, no bebe y hace deportes. Pero él? El fuma, bebe y no se mueve sino 4 kms en bicicleta para ir al trabajo y listo. Tu vas a ver, de esto me voy a morir yo... y mi hermano tan tranquilo, se morirá de viejo, haciendo lo que le da la gana porque no sufre de esta maldición que tengo yo que sí la heredé".

Ahí reaccioné... uno de esos estertores de la mente, saben? "Pero nadie escoge lo que hereda. Yo no quería la miopía... yo no quería los problemas dentales, yo no quiero mis problemas ortopédicos... y sin embargo, tengo que vivir con ellos y con la incertidumbre de no saber si se los puedo transmitir a mis hijos..."

En ese momento quise que la tierra me tragara... descendencia... 50%... le saqué el tema y se lo serví en bandeja de plata... "Hijos... para qué quiero tener hijos? Para transmitirles esto? como mi mamá me lo transmitió a mí?!" Recorrí lo andado y lo ataque "Y ahora le vas a echar la culpa a tu mamá que tuvo la malsana y perversa idea de escoger justo ese gen para tí, su hijo chiquito... verdad?" Se paró un momento..."No, no quise decir eso..." Y volví con mis datos científicos, pues él parecía no creer sino en lo medible y lo registrable, y le dije "pues te informo que 50% implica que si tenemos hijos puede que nazcan en el 50% que sí lo padece o el 50% de los que no lo padece. Es casi imposible escoger un gen en particular, es tan difícil que la ciencia no espera poder hacerlo sino en un buen tiempo... así que a tí y a mí no nos queda sino esperar lo mejor para el hijo que decidamos engendrar... y esperar."

Lo que sacó el otro tema "el transmisor de la enfermedad soy yo, no tú". Y replique "Y yo qué? entre la diabetes (soy tercera generación por ambas ramas familiares), más los problemas dentales, más los problemas visuales (astigmatismo y miopía... ), más los problemas ortopédicos... si salen con 10 dedos en manos y los pies me voy a contentar mucho!"

Cuando a uno le presentan esas cosas así, desnudas y estadísticas, y le sacuden el mundo como quien agita a un limonero para hacerlo soltar la fruta, el alma se comprime y se llena de todo lo malo y mezquino de lo que somos capaces o hubieramos creido posible de nosotros... y un poco más. "Sí, pero tu no te tienes que preocupar por eso, el que sufre eso soy yo y el que va a sentirse mal cuando vea a sus hijos sufrir soy yo."

Allí, ya no aguanté más y entre molesta e incomprendida, comenzando un llanto que no paró en todo mi monólogo en ese estacionamiento del personal del hospital universitario de Gante, le solté un "tu no entiendes que te acaban de imponer una serie de restricciones en tu vida y que tu vida la comparto yo y que me las impusieron a mí también, indirectamente? Hacerte ir a más de 130ppm para mí no es ni remotamente plausible, y me haría sentir culpable? Tu no entiendes que tus hijos serán los míos y que si alguno sufre de lo que tu tienes también me va a doler verlo así como estás tú ahorita? Tu no entiendes que tu dolor también me duele?!"

"Tu dolor también me duele"... la frase recorrió mi cabeza en un eco que se repitió ad infinitum... se sigue repitiendo...

Joris logró, tras un poco de esfuerzo, sobreponerse a aquello. Hicimos un pacto: tener fe en que nuestros hijos serán sanos. Los problemas de vista son corregibles. Los dientes torcidos o ausentes, también. La diabetes es prevenible. Los problemas ortopédicos son corregibles. Tendríamos que rezar por un solo milagro. Eso, sólo uno. Y eso era un valor aceptable para un dios y un creyente. Seguimos pensando que uno no es demasiado. Y que si no nos lo conceden, porque siempre puede pasar, ni modo. Hay que seguir sin mirar atrás.

La dieta la controlé siempre yo porque soy la que cocino y lleva el control de las compras de comida. Esto implica que, con todo mi historial de antecedentes más el de Joris, la comida baja en sal es un hecho, el azúcar se mantiene a raya, las frituras casi no existen en nuestra dieta y las frutas y vegetales y hortalizas han venido a constituirse en el 60% de nuestra dieta. Gente sana, pues, diría un médico...

Pero de vez en cuando se le antojan a uno unas papas fritas. Ese fue el caso de hoy. Joris me llama para preguntarme que si para cenar no se me antojan unas papas fritas... y le dije "síii!!! qué rico!!!!" Entre nos, esta será la única vez que me oirán hablar de algo en lo que los belgas nos superan con creces y no podemos ni soñar con comparárnosles: una friteria. Eso es algo de lo que hablaré luego pero las papas fritas belgas les dan dos palos y tres batacazos a las crujientes papitas doradas del Mc Donalds. Eso se los juro!!

Llega Joris a casa y triunfal saca las papas fritas y la tradicional "picada de carne" que, de entre una vastísima selección de no menos de 15 tipos de "fricandeles", salchicas y "antojitos" de esos, tuvo a bien escoger para él y para mí. "No es lo mejor para el colesterol pero, como hay que vivir la vida como si estuvieras en el segundo antes del último de tu vida... pues a comer!"

"Vivir la vida como si estuvieras en el segundo antes del último de tu vida... ". La idea la volví a oir en mi cabeza mientras él se comía con gozo sus papitas que se habían desparramado un poco en el paquetico y que se habían embadurnado "demasiado" en la salsa tártara que él escogió para las suyas.

"El segundo antes del último... por qué?" y él me miraba mientras masticaba con deleite... "porque en el último segundo ya sabes que en lo que vuelvas a respirar o cerrar los ojos te mueres. En el penúltimo sabes que te queda una bocanada más... un vistazo más... voy a buscar un tenedor, así no se puede, quieres uno?" Le contesté que sí.

Una cachetada en el alma me hizo seguirlo con la mirada... no es fabuloso? "Una bocanada más, un vistazo más...". Y le dije cuando regresó "entonces, tú no tienes miedo de morirte, verdad?"
Confesión mía. No le temo a mi muerte, temo a la de los seres que amo. La mía que venga, total, ni me entero. Cuando quiera y deba, que venga. Pero la de aquellos seres que amo? Esa pues... vamos a posponerla. Sí, porque soy una egoista que quiere tener más tiempo a su lado a los que la hacen sentirse bien en este mundo incongruente.

La respuesta de Joris me volvió a dejar con la cara tranquila y el alma sorprendida: "No puedo preocuparme por algo que no sé ni cuándo me llegue ni en dónde. Me moriré el día que me tenga que morir. Ni antes, ni después."

Eso me hizo pensar instantáneamente en el dicho: "Uno no se muere la víspera, sino el día", que decimos en mi casa. Y mi padre tiene su propia versión de la muerte: "Todo tiene solución en esta vida, menos la muerte. Y de esa sí que no se salva nadie. La muerte es tan faciliiiiiiiita... como que se necesita estar vivo para morirse. Nada más".

Me acordé de un amigo que esta mañana amaneció funesto porque se está hartando de sufrir de una "enorme falta de vida"... porque se ha dedicado a vivirla pensando en no perderla porque su corazón, como el de Joris, tiene una hipertrofia del miocardio, tiene la válvula mitral haciendo lo que le da la gana... y tiene otra simpleza de esas que los médicos bautizan como para que más nadie las conozca. Se está hartando de que "las pulsaciones se caigan a cachetadas" entre ellas y que pase a tener 120 ppm en medio de su merecido descanso nocturno. Tiene sus miedos personales muy bien fundados. Tiene sus creencias que se las respetamos todos. Tiene su fatalismo exacerbado porque creo que es de humanos tenerlo en esas condiciones en las que se encuentra él. Pero aunque la reflexión que hice con lo qu eme dijo Joris le cae como anillo al dedo a él, la nota de hoy no es sólo para él, sino a todos aquellos que creen que cuando todo es duro, es probable que lo peor nos sobrevenga porque "de esa no me salva nadie".

Un amigo me contaba, ahorita, hace unas 2 horas y media, hablando de multiculturalidad y sus pasiones con el lejano oriente, que el Sr Federico Mayor Zaragoza, cuando era director general de la Unesco, de cuando en cuando se reunía con un grupo de notables para compartir ideas sobre temas relacionados con la ecologia, el desequilibrio norte-sur, xenofobia y toda esa serie de temas polémicos e interesantes que se deben acompañar con un poco de respeto por el otro y sus opiniones, aunque sean opuestas a las nuestras, o nos podemos caer a piñazos... y hasta última hora, a esas reuniones solía ir el comandate Jean Cousteau.

Cousteau, ciertamente cansado o medio amodorrado por tanta conversa, se quedaba casi siempre dormido o en estado de semiconciencia, con sus ojos cerrados y hundido en el amplio sillón de cuero. Parecía que no eran interesantes los temas que se discutían, no desde su óptica, por lo menos. Pero un dia, cuando hablaban sobre derechos humanos y lo difícil que era en un determinado país, siquiera su mención, alguien dijo: DEJEMOSLO ASI, ESO ES IMPOSIBLE. Entonces, de repente, Cousteau abrió los ojos, se incorporó en el sillón y dijo, IMPOSIBLE, ENTONCES ME INTERESA.

De inmediato salté y le dije a mi amigo que qué belleza la manera de pensar de Cousteau, y le completé con lo primero qu eme pasó por la mente en ESE preciso momento: "Lo imposible es más emocionante porque siempre se es pionero... no se ha hecho nada al respecto y resulta muy cuesta arriba, y por eso nos parece imposible. Los "imposibles" son, pues, para pioneros, no para ególatras o los que quieren que se les siga reconociendo y aplaudiéndo los logros... es para luchadores sin nada que perder... "

Y entonces, me pregunto yo, qué hay que hacer cuando se vive con la certeza de que es IMPOSIBLE seguir viviendo como se está? De que es IMPOSIBLE vivir con miedo? Con la certeza de que resulta IMPOSIBLE una vida con borde? Qué se hace con esos imposibles? Si no tengo nada que perder porque esto ya es IMPOSIBLE de tolerar, qué diablos importa si incursiono en algo nuevo? Qué más da que me haga pionero? Qué pepinos importa que me interese, por un nanosegundo, ser pionero e ir a donde no fui antes, si es que no tengo la suerte de ser el primero en la humanidad en incursionar en ESE campo? Qué de malo tiene ser pionero y dejar atrás lo IMPOSIBLE?

Fuera del aire en 5, 4, 3, .... Ahora! Nos vemos en el próximo Herzio...

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

En, hoe luidt die filosofie in 't Vlaams?

Kobbe Van Coilge
Familiewebblad Van Coilge

6:12 p. m.  

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