martes, agosto 23, 2005

Un bebé...

Antes de que alguien termine con las órbitas oculares en la pared y con una reconstrucción maxilofacial porque la quijada se le cayó, advierto que no es ningún bebé mío el asunto a tratar en este pedazo de mi bitácora internaútica. Es una mera reflexión de esas de la vida que a ratos, y casi siempre, me hago yo. Y, por qué negarlo, me puse a practicar cosas aprendidas en la carrera. Por ejemplo, aquello de que un título conciso pero impactante es necesario para lograr la atención de un lector. Bingo, me la robé toda, no? je,je,je,je,je

En fin, vuelvo a mi reflexión. Es que tengo 3 amigas en "la dulce espera", cosa que a mí no se me hace tan dulce porque la espera no es mi fuerte y soy demasiado impaciente para todo y creo que, llegado el día, hasta para eso también. Sin embargo, el caso es que ellas 3 me han puesto a pensar en aspectos diferentes de la maternidad y las implicaciones que, para cada una de ellas, ha tenido esa tan mentada "dulce espera".

Para comenzar, yo no sé quién fue el que dijo que la maternidad es "un regalo de Dios". Eso, en estos tiempos que corren es algo así como "mentirillas". Claro! Con las técnicas de fertilidad, de reproducción asistida y toda esa parafernalia científica, el "regalo de dios" se ha convertido en una ecuación en la que, más o menos van así las cosas:

Buen sistema reproductor de los progenitores: 10% (si no sirve... se lo arreglamos)
Ganas de sinvergüencear y probar posiciones nuevas "porque esta sí es buena según la comadre" o "esta es la que nos va a dar una niña/ varón seguro" : 60% (no exagero)
Un empujoncito de la suerte: 30% (a veces se necesita más, ya lo decía Einstein...)
Total total del equipo ganador: 100% (Jackpot)

Vistas así las cosas, no hay tal "regalo de Dios". Se puede jugar a ser Dios cuando se es parte de un equipo de médicos de esas clínicas de fertilidad donde la reproducción asistida es cosa diaria y harto frecuente y se han acostumbrados a "obrar milagros" a diario. Asistentes de Dios? Enviados celestiales? Ni me lo voy a preguntar mucho ni me voy a meter en ese tema. Cada quién que le busque la respuesta que quiera.

Lo que sí creo que es un regalo en sí es lo de ver cómo un par de células, que ostentan el pomposísimo nombre de "células reproductivas", se unen y forman una sola celulita que se convierte, tras 9 meses, en un bebito... un pequeño humano. Eso sí es un regalo. La cosa es que no podemos ver el proceso... pero los científicos han averiguado bastante y nos han hechado el cuento y nos tenemos que conformar con saber lo que ellos nos cuentan. Tengo mi creencia de que a veces los médicos de verdad se creen dioses y no sé si Dios nos los puso en el camino para, de vez en cuando, retarnos y tentarnos... hacernos creer que no hay nada superior a nosotros. Pero eso es harina de otro costal...

Ese pequeño regalo puede ser un verdadero regalo o un verdadero reto que nos cambia la vida a unos y otros, o a todos, de alguna forma. Sí creo, fírmemente, que los bebés son pequeños "maestros de luz" que vienen a enseñarnos cosas increibles de nosotros mismos y de nuestro mundo. Connie lo sabe porque ya lo ha vivido (y lo sigue viviendo) con Nico y, si Dios nos lo permite, las cosas se van a poner aún más interesantes cuando Michelle, resultado de un año de espera y búsqueda espectante, decida que su tiempo en la barriguita de mamá estuvo muy divertido pero que ya se le acabó y haga su aparición en el teatro de la cotidianidad de su familia "burdelesca"... es que Carlos y Connie, para los que no los conozcan, son un par de seres A1, con un modus vivendis muy normal porque trabajan, salen a pasear, se reunen con amigos... pero con una perspectiva ante la vida que los hace un par de seres "burdelescos" en el mejor sentido de la palabra: todo el orden esquemático de la vida "convencional" es puesto a prueba y reordenado por este par de seres absolutamente especiales que se han tomado en serio lo de que la vida no se puede tomar en serio porque es muy corta y pasajera. Una maravilla de visión. Y claro, Nico y Michelle, seguro, serán como sus padres... adorables!

Lo de los maestros de luz se hace más evidente en casos como el de mi amiga Claudia, Clau, que es madre por circunstancias que yo no me atrevo a calificar ni de "metida de pata" ni de "por accidente" ni de "casi de carambola". Lo de ella es un enigma para mí que le ha dado una muy buena respuesta a ella sobre sus capacidades personales... y eso me basta a mí. Es decir, ella sabrá calificar si su chiquito (porque es un varoncito cuyo nombre todavía no conozco...) fue resultado de "una noche loca loca con mi casi ex" o "una metida de pata" o una "aventura riesgosa que probé sin sesos para tratar de revivir lo nuestro y que luego no pude remediar y la asumí de frente y con los brazos abiertos", pero ese bebito lindo (yo sé que va a ser bello) ya le ha enseñado a ella más de sí misma que lo que ella, en su calma y segura vida de soltera "pasada de la treintena... y sin pareja estable porque me harté del limbo con mi pareja estable", pudo jamás imaginarse que tenía. Y eso, esa certeza de verla tan segura, tan crecida, tan "niña grande" y enormemente felíz, me hace enormemente felíz a mí. Ahora sí quedó claro el entuerto anterior?

Ahora bien, primera diferencia que constato: Connie enfrenta su segunda maternidad como la primera, con su esposo y loco favorito al lado. Claudia la enfrenta sola, creo que casi por elección personal. Para ambas, el bebé en camino es un milagro maravilloso, un regalo que les ha enseñado cosas. Connie ya vivió un embarazo, así que las incomodidades de la "barriguita" se las conoce... las nauseas pueden diferir, ojo. Pero yo me refiero al volumen cúbico que representa la barriguita en el espacio curvo en el que nos movemos todos. Para Claudia, primeriza, todo es una aventura que la hechiza y la electrifica... Michelle es un "revivir la historia de Nico y mejorarla". El chiquito de Claudia es "toda una novedad". Lindo, no?

La otra amiga que tengo es una chica belga, 2 años mayor que yo, con un chiquito de 4 años que es tan eneas como Nico... y ella está embarazada por segunda vez, tras mucho rogarle a su esposo para buscar el segundo, y les ha salido morochos (para los venezolanos míos) o gemelos (para los no venezolanos mùios). Sutil diferencia, no? En principio, Connie y Clau pasan de la treintena e Isabella no llega a los 30. La visión de la maternidad a los 18 no es la misma que a los 25 ni mucho menos la misma que se tenga a los 30.

Eso es como los helados: a los 7 años era una cosa soberbia y super fascinante... y daba lo mismo un sorbete que un helado de cono o una tinita. Con 20 años más, el cono me da una satisfacción sensorial mayor que la que obtengo con una tinita... me parece que le falta un "algo" al helado con la pura tinita... y creo que he superado la posibilidad de "embarrame de helado de arriba a abajo" y resulta "cosa de niña grande" comerse el helado en barquilla y no tinita. Y los cremosos y untuosos son la cosa más divina del mundo y el sorbete es sólo para cuando el calor aprieta mucho y se quiere refrescar uno con algo más "intenso" que pura agua fría.

Así mismo, supongo, ha de ser la maternidad. A los 18 años me sabía todo el proceso reproductivo de pe a pa, me sabía todos los cambios orgánicos que ocurren en una.. .y me veía en el espejo de frente y perfil y con horror me preguntaba como una niña de mi edad y con un firifirito de cuerpo como el mío que parecía que se podía romper en 2 ó 6, depende de cuan fuerte lo presionaran, podía dar a luz un bebé, tal y como decían las estadísticas de madres prematuras de las que oía yo en la radio o la televisión.

Ahora, a mis 27 años, ya no me acuerdo en qué día del mes se está más fértil porque para eso están los calendarios, para consultarlos; sé qué tan sabroso resulta ese breve instante por el que los niños vienen al mundo y sé que una no se rompe tan fácil como parece; sé que hay que tener la cabeza más que fría para evitar los bebés si no se quiere ser madre de un ejército y sé que, como todo lo que toca el género humano, los anticonceptivos se mueven en "porcentajes" que no dejan por fuera que seas el 1% de las probabilidades de la píldora de que te quedes embarazada, o el 1% del preservativo de que se te escape un empermatozoidito y dejes embarazada a la novia, amante, esposa o cacho con el que te desapareciste del mundo de la lógica y la razón por unos instantes. Y llegado el momento, seguro que ese niño que conciba una mujer segura de que quiere un niño, comparado con el de "metida de la pata" de una niña de 18 años... tendrá otro inicio en el mundo. El maestro de luz es el mismo, viene a enseñar cosas infinitamente superiores a las que la madre o los padres esperaron aprender jamás. Pero las circunstancias en las que ese maestro de luz empieza a crecer, son muy distintas y por ende, su misión se modificará en función de las necesidades de sus padres.

Volviendo al punto de mis amigas, tanto Connie como Isabella esperan el segundo de sus vidas. Ahora bien, el caso de Isabella difiere del de Connie en el hecho de que mientras Connie sólo espera a la tan ansiada Michelle, Isabella recibió de sorpresa un binomio... caso atípico en su familia y la de su esposo. O sea, según la óptica desde donde se mire el caso de Isabella, la cosa es el premio gordo de la maternidad o la ruina financiera llevada a escalas exponenciales. Clau ya no entra en este rango de comparaciones porque ella sigue hipnotizada con cada cosa que pasa en su novísima condición de madre primeriza.

Isabella, como Connie, está casada pero, a diferencia de Carlos, Benedikt no es un padrazo ejemplar y no se ocupa mucho de los quehaceres de la casa o de lidiar con Thomas... aunque Isabella se lo pida. Carlos, por el contrario, más que orgulloso juega con su "pequeño hombrecito" y ayuda a Connie en lo que se necesite si Connie le hace saber que necesita su ayuda. En vista de que Isabella tuvo muchísimos problemas con el primer embarazo y se pasó 3 meses hospitalizada por un útero flojo que podía dejar salir al bebé en cualquier momento, en esta ocasión le pusieron un anillo en el útero que será removido antes del parto y se la mandó a guardar mucho reposo por lo que, sí o sí, Benedikt ha tenido que asumir de frente y de lleno tareas domésticas y progenitura inquieta para ayudar a su mujer. En este caso, la doble sorpresa de Benedikt e Isabella ha resultado, desde ya, un par de maestras de luz para el desprevenido Benedikt que se creía que la vida era solamente su computadora y sus juegos de video luego de su trabajo. Y ellos no han anunciado el sexo de los bebés pero yo tengo una certeza casi "paranormal" de que son dos niñas... que han venido a conquistar y revolverle el mundo a Benedikt. Eso ya lo ví de anteojito y sé que Isabella ha aprendido mucho con este embarazo... pero a él le va a tocar aprender más con este dúo dinámico que lo que aprendió con su primogénito espabilado.

Connie, Isabella y Claudia son todas madres desde ya. Mientras, Carlos se siente padre desde ya, Benedikt habla de "los morochos"con un cierto "esa vaina todavía no me compete" y el de Clau pues, realmente, ni lo sé ni le pregunto... y quizás sea mejor así. La maternidad de estas mujeres ha afectado de formas increibles a los seres con los que comparten sus vidas. Y todas en mayor o menor medida me han tocado muy de cerca. Connie y Clau más de cerca que Isabella porque con ella comparto mucho menos y su cultura la hace un tanto inexpresiva. Además de que ella se ha dado a la tarea de hablar de su embarazo dando detalles que, no por lo que cuenta (porque es perfectamente válido contarlo) sino por la manera en que lo cuenta, dan la impresión de un proceso que ella ve como algo meramente mecánico y hasta prosaico.

No sé si yo soy muy ridícula, demasiado femenina, dada a complicar ad infinitum vainas que son en realidad mucho menos complejas o qué sé yo, pero me parece que hay maneras más ilustrativas de dar detalles que faciliten un "seguimiento" del embarazo sin rayar en comentarios que dan hasta un tono vulgar al asunto. Eso, de una traducción que hice de un mail que ella mandó... en holandés. Claro, Joris me ayudó en todo ese lío lingüístico. Pero el sentido del texto de esa carta que mandó Isabella es muuuuuuuyyyyy distinto del que se extrae, no digamos ya del blog de Connie, que conmueve a cualquiera, sino de las breves pero super intensas cartas de mi amiga Clau que hasta lloraba de la emoción cuando, tras hacerle una amniocentesis, supo que su bebito estaba perfectamente normal. Casi le ví las lágrimas correrle por las mejillas y con el papel sujetado por la mano izquierda, sobarse con la mano derecha la barriguita mientras elevaba al cielo sus ojos agradeciendole a todo el santoral al que venía rezándole... juro que casi la ví cuando leí sus líneas.

Ahora, en qué medida esos 3 embarazos me han tocado? Sí porque ellas han cambiado la vida de TODOS alrededor de ellas y yo me siento una de las "tocadas" en este proceso energético de intercambio de no sé si electrones o lecciones para superar karmas. Todas me han enseñado a ver la maternidad más allá de un proceso que es meramente biológico y me han dado una visión totalmente distinta de la que me dió mi propia madre sobre sus dos embarazos... uno catastróficamente angustioso y zozobrante (el de mi caótica y compleja persona) y uno super felíz y relajado (el de mi avispada hermana).

Isabella me ha dejado ver que la maternidad es conmovedoramente compleja y un proceso lleno de dualidades: para ella es un bingo de la lotería de la vida y para su esposo una ruina económica. Ella ha tenido que insistirle a Benedikt por casi 2 años para "buscar un segundo" y ahora lidiar con la angustia de su esposo, su propia fatiga física, sus miedos personales a que las morochas nazcan antes de los 9 meses y que eso afecte el desarrollo futuro de las dos y el pequeño Thomas que acaricia la barriga pero no termina de asimilar que al principio los bebés no podrán jugar con él porque serán muy muy pequeños y que "luego de muchas estrellas y soles es que podrán jugar contigo". Las bebés no son novedad para la familia porque están "saturados" con 2 nietos y una nieta y a la única que le traen alegría es a la madre de Isabella una señora de una calidad humana casi tan grande como al de su hija (ella supera a la hija, por eso lo de "casi", sería una chorrada de mi parte ponerlas al mismo nivel) y que enviudó hace 2 años. Para la abuela, las niñas son un ramillete de flores. E Isabella me ha enseñado el coraje que se necesita para emprender la tarea de ser madre en condiciones no de soledad pero casi que de mala compañía.

La de Connie, por el contrario, es una maternidad con un placer que raya en la cochina envidia... está tan linda (me cuentan, no la he podido ver y ella siempre me pone fotos del Nico en el messenger y ni una de ella) y se sabe tan cómoda en su filosofía de "como venga viniendo vamos viendo" que la cosa de hacer bebés parece, desde la óptica de quien la mira a ella, una gozada. De paso que su familia la tiene en bandejita de plata porque es la primera niña de ambos lados de la familia... los dos pares de abuelos ya están chochos y babiecos, Carlos no cabe en sí de gozo y hasta Leo, su hermano, seguro que se le ve ufano cuando habla de "mi sobrinita Michelle". Una bebé solicitada por la fanaticada de amigas que Connie tiene, una bebé deseada ad infinitum por todos los lados de la familia.. .y que no va a servir para bsolutamente nada bueno si todos la malcriamos al mismo tiempo! Por favor, señores, cordura...

El caso de Claudia es el de la maternidad "no precisamente planeada ni realmente indeseada": no era algo que ni ella ni su pareja habían discutido pero a ella no le incomodó tantísimo darle un par de brazos (y hasta alguna seguridad material) a ese pequeño ser que, cierto, le trastocó un plan de viajar por Europa pero le llenó muchísimos vacíos en su vida con un limbo afectivo que la tenía muy triste (en eso estaba cuando yo me vine) porque con su pareja había llegado a un "no le veo más futuro a lo nuestro". Creo que igual no hay mucho futuro en aquello, no me atrevo a decir nada de ellos, pero Claudia tiene entre sus manos, en su ser, un futuro espléndido que se le abrió de la nada y que le va a dar algún trabajo, como ya le está dando con su situación familiar y su madre enfermita y el cuento de quién más pueda ayudarla porque con su barriguita todo se hace más dificil. De ella tampoco tengo fotos y no puedo decir absolutamente nada de si se ve más bonita o si el embarazo "le pegó"... sólo sé que emocionalmente la zarandeó y, creo, la batida le valió para reordenar toda su vida en un período de tiempo "perfecto" como dice ella que es el tiempo de Dios... de Claudia he aprendido que lo más difícil o lo que parece imposible siempre resulta no sólo menos difícil sino absolutamente placentero cuando recibes con infinita calma y convicción de ser capaz de estar a la aaltura de la sorpresa que te llega. Simplemente porque así son las sorpresas: sin avisos y sin certezas.

Y yo qué? No, yo no me siento lista para ser madre... tengo una crisis personal muy pero muy fuerte como para asumir un bebé y una "llegada segura a puerto" con una sonrisa en los labios: Claudia no tiene pareja pero tiene trabajo y familia y amigos cerca de ella. Connie tiene pareja, trabajo, familia y hasta pequeño maestro de 4 años que la rodean. Isabella tiene trabajo, asistentas domésticas, familia, amigos, pequeño maestro de cuatro años y, a pesar de todo, pareja que la rodean. Yo tengo pareja, amigos muy lejos, familia muy lejos y sin estabilidad económica mínima, sobreviviendo nosotros dos a duras penas, no me atrevo a desestabilizar aún más el panorama. Todavía no, respiren los que no estaban ya tranquilos. Pero me reconforta saber que venga como venga y cuando venga, siempre será un proceso diferente, lleno de magia, de sabiduría y de la certeza de que no importa cuan biem preparada esté, nunca voy a estar totalmente preparada para esos pequeños dilemas e incógnitas que me plantee. Es decir, como de costumbre, siempre me daré cuenta de lo infinitamente pequeña que soy ante esas cosas azarozas de la vida y puedo dormir tranquila sabiendo que podré cagarla a satisfacción cuando lleguen... porque nunca llegan cuando uno quiere sino cuando uno los necesita en su aprendizaje!

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hola!!
Parece que me lo leí fresquito....recién salido de tus dedos, jejjejee (claro, si es que el hoy de aquí todavía es el hoy de allá...)
Ah, y leí el anterior también... sí, qué cómico lo de mi llamada por tu cumple...pero al final, logré mi cometido: hablar contigo (unas 5 veces...), felicitarte y darte ánimo lo más "personalmente" que se puede, you know...
De tus decisiones debo decir que no me sorprenden, realmente tiene mucha lógica no estudiar algo que no tiene utilidad práctica en la vida. Y ser freelancer será un poco duro a veces (quizás) pero seguramente te llenará de más satisfacciones y te dejará tiempo valioso para hacer de tu vida algo especial (sigues tejiendo...no??) que si te metieras a "trabajar" en algún sitio en el que te discriminen por cualquier motivo. Quien quita Laura y de verdad te resulte mejor de lo que crees lo de escribir en serio. Te deseo mucha suerte en todos tus proyectos y decisiones...hasta lo de los babies....cuando sea prudente y feliz.
No sé si responda de alguna forma a tu pregunta retórica de: cómo tocaste las vidas de las personas que se acuerdan de tí..... pero supongo (desde mi humilde experiencia y opinión) que es porque cada persona que entra en nuestra vida es especial a su manera y nos hace especiales también. Seguramente tú has tocado muchas vidas, hasta sin saberlo, porque tienes valores, sentimientos, pensamientos que se conectan con los de "tu gente" y por eso te llaman, te escriben y se acuerdan de tí. Además, creo que has hecho bastante manifiesta tu necesidad de apoyo y solidaridad, no porque lo exijas, sino porque a quienes estamos pendientes de tí se nos hace importante tratar de apoyarte en el camino que transitas ahora, en esa vida que elegiste y que, por más loca que parezca a veces, todavía nos sorprende, nos alegra si te alegra y nos arrecha si te maltrata o te sale al revés. Nada, tocamos las vidas de las personas que nos permiten tocar sus vidas y punto...no hay mucha explicación para eso, sino un resultado que valoro, atesoro y cuido con mucho celo: la amistad!
TQM. Cuídate y muchos saludos a Joris.

9:50 p. m.  

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