jueves, noviembre 03, 2005

Historia de un peluquín

Llegué a las 6:15 pm a mi casa. Mi amiga C y su esposo F me trajeron luego de visitarlos parte del día para medio ayudarla con unas traducciones que ella necesita. Confieso que pude haber hecho más pero la cabeza, últimamente, no me da para más. Veo luz en los cuartos de arriba y reconozco a leguas la luz del pasillo, en lo alto de las escaleras. Abro la puerta y, con un grito, me saluda mi esposo.

Subo para encontrarlo frente a la computadora buscando algo que lo tiene abstraido. Me saluda pero ni voltea a verme. "Es algo sin letricas" me dije, porque si hubiera estado leyendo, o habla o escribe! Al poco tiempo me dice "encontré una tienda que abre hasta las 7 :30 pm, me acompañas?" Tras preguntar qué íbamos a buscar antes de las 7:30 pm me dijo "las pilas". Asentí y, sin terminar de llegar a mi casa, me encontraba otra vez en vías de salir.

Las pilas (baterías) de las que hablaba mi esposo son unas planas de Litio modelo R2032 que anda buscando para su medidor cardíaco y el artilugio de la velocidad y la distancia recorridas que utiliza en sus, hasta hace poco, frecuentes paseos en la bici después del trabajo. El otro día encontramos sólo 2 y las demás costaban (cada una) lo que costaba el duo de la Energizer. Con la piquiña en la cabeza, se consiguió otra tienda de la cadena a la que pertenece la que tenía las pilas que él ya había comprado y para allá nos mandamos.

Unos 13 grados de temperatura, una noche un poco venteada pero no fría y el cielo cerrado de nubes. Un poco cansada, iba comiéndome una manzana en el carro. Llegamos a la tienda, paramos el carro, decidimos que por un par de pilas no ibamos a agarrar un carrito de compra, nos metimos y buscamos el pasillo de las pilas. Hasta aquí, todo era el preludio a "un día más sin idea que me revolotee en la cabeza como para hacer un post."

En eso lo ví: un señor con un carrito en el que llevaba 3 perolitos, una camisa manga larga a cuadritos rojos y protegido por un chaleco acolchado hecho con tela impermeable... y un peinado raro.

Al principio no lo entendí bien. Parecía como si, por obra de alguna operación curiosa, le hubieran rapado la parte de atrás de la cabeza en forma de media luna, dejándole una franja de cabellos, de unos 3 dedos de grueso, en la base de la nuca. El resto iba normalmente peinado y una especie de plástico se alzaba por encima del cabello. dimos un par de vueltas más por la tienda y nos fuimos a la caja.

Tras hacer un rato de cola (fila, línea), vemos a nuestra izquierda al individuo de la rara cabellera. Mi esposo me comenta "le hace falta un poquito de cola, no?" En eso caí en cuenta... debido a los ventarrones que están pegando como para gritarnos a todos que se acabó el verano y llegó el otoño, es posible que al señor d ela camisa de cuadritos le pasara como a todo el mundo: el ventarrón le batió los cabellos en la cabeza. El caso de él era ligeramente distinto porque el ventarrón le batió los cabellos del peluquín y le levantó la mitad del artificio, desde la franja capilar cerca de la nuca hasta la "coronilla".

En ese momento, contemplando en todo su esplendor el chiste que le hiciera el peluquín al infortunado que jamás se dió cuenta del show que estaba dando, se me vino a la cabeza el inicio del post que les estoy redactando ahora, se cortó la redacción y por mi mente desfiló el título del post y luego volvió a saltar a la orden "mira, mira"...

Empecé a captar detalles del peluquín, de ese cabello que era visiblemente artificial pero que, con el cabello semigraso del orgulloso usuario (me creo que no se lo lava a menudo tampoco, por no decir que es de esos belgas que se bañan una vez por semana), no se veía tan mal, de ese incongruente plástico transparente que recordaba al celofán y al que iban cosidas las hebras del cabello que el hombre hubiera perdido pero que se rehusaba a olvidar... ví como el señor arreglaba sus cosas en el carrito y, tras pagar, se dirigía a la salida no sin voltear a ver a todos los que seguíamos en las colas para pagar.

Supongo que debe de haber sentido las miradas de todos los que, por accidente primero y sin poder evitarlo después, seguían a su andar resuelto a la salida con los ojos fijos en su cabeza. Una vez se hubo cerrado la puerta del comercio, una pequeña ola de carcajadas bajitas, sonrisas amplias y discretos comentarios sobre lo inusualmente visto por los presentes inundó esos 12 metros de suelo llenos por 4 filas de usuarios.

Es que, en ese momento, la cotidianidad me tomó la mano y me dijo "agárralo porque esta es la nota cómica del día y el post de hoy!". Y cómo me pareció absurda y coherente la cotidianidad hoy... Qué habría sido tan imprescindible en la faceta de "peludo" en ese hombre que le hacía llevar esa "peludez" a pesar de la "peladez" de su actualidad? Y qué ridículos que nos vemos a veces por no asumir con tranquilidad lo que la edad o las características genéticas nos dan. No sería mejor, y hasta más sexy, que el señor se hubiera pasado la máquina y se rapara la cabeza? Qué se necesita para lucir tan viril mientras se come una chupeta con chicle, como hacía el inspector Kojak en la serie de TV? Y qué hace que a un hombre le asuste quedarse calvo si se ve igual de viril, incluso si se come una chupeta, que uno con todos los cabellos en su cabeza? Bueno, en caso de que sean de verdad, claro...

Viva Kojak y los calvos asumidos.. .y los peluquines rebeldes! jajajajaja...

7 Comments:

Anonymous Anónimo said...

ja,ja,ja, pobre señor, que broma lo que le paso, me he reido mucho, claro él pobre se debe de haber dado cuenta de que lo miravan, pero seguro no penso que el peluquin se le havia rodado,(despiste) normal a esa edad, hay que aprender a aceptarnos tal cual somos, es normal, nada es perfecto ji,ji,ji...besos. Angeles

2:20 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es muy interesante ver como hay personas que se encadenan a un pasado que no es más que pasado. Como bien sabes, mi novio es medio calvo (le falta poco para serlo completamente) y es bastante joven, a mí me gusta como es él y no toleraría que se pusiera semejante adminículo para aparentar lo que nunca mas será...y si soy yo la que tenga que pasarle la cero, con gusto lo haré...porque aunque calvito y gordito, es mi Principito

4:45 p. m.  
Blogger Hernán M Pinilla G said...

Bueno amiga este vampiro amigo tuyo es pelon y por eso no me siento menos que nadie, yo llevo mi calvicie con orgullo. besos.

ahh, se me olvidaba no me gusta que las personas entren a los blog y dejen comentarios hablando mal de otras, mas aun cuando no las conocen, preferiria que sus puntos de vista mal intencionados no fueran publicados en estos espacios.

6:41 p. m.  
Blogger Rodolfo said...

PUes lo que soy yo...en previsión de mis entradas hace años que me corto el pelo al rape.Bien cortito. Además que con el calor que hace en este país a mi me cuesta un mundo eso de si quiera pensar en el cabello largo.Y hasta alguna ventaja tiene falta que esté sentado con alguna chica al lado para que esta empiece a acariciar mi escasisimo pelo.

2:20 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

ja, ja, ja Independientemente de los complejos del pobre señor, Esti has podido captar que los momentos de alegría, de risa, etc están siempre ahí, en medio de las cosas de la cotidianidad, esperándonos para hacernos pasar un buen rato. Tenías un día de otoño medio tristoide y como por arte de magia, la brillante calvicie de ese perfecto desconocido trajo a tu vida, y a la de todos los belgas que poco se rien,un rayito de alegría efímero, un momento para reir y oxigenar su cuerpo, su mente y su espiritu.
Besitos

2:53 p. m.  
Blogger Laura said...

"Un calvo se encontró un peine, lo miraba, y remiraba... y no pudo descubrir, qué aplicación se le daba..."

Angeles: Aceptarnos, gracias! No sé de qué edad te imaginaste al señor, pero "esa edad" de la que hablas era unos 30 a 40 años. Nada "viejo" en realidad...
Besos.

Be: "un pasado que no es más que pasad" me gustó esa frase. A veces, el pasado significa mucho para algunas personas. Creo que para él significaba mucho su pasado "peludo".

Lestat: "el vampiro pelón"... qué simpática la imagen! Y comulgo ocn ut idea de dejar los comentarios en otro lado... o en el blog del aludido, pero no en el de otro... en fin. Besos!!

Rodolfo: suele pasar! Es el "síndrome de cabellera coratada con la máquina en 1" como lo lllamo yo. Y me declaro otra víctima del síndrome: cabellera masculina cortada bien bajita que pueda acariciar, cabellera que me dedico a acariciar. Es irresistible porque hace unas cosquillitas divinas en la punta de los dedos. Eso, para que sepas cómo funciona el magnetismo de tu "escasùisima" cabellera. Saludos!

Ma Elizabeth: gracias por la perspectiva que no le había explotado al máximo al post que redacté. Muy bonita visión. Besos!

2:26 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Un calvo se encontro un peine
Un tullido , una pelota
un ciego unos espejuelos
vaya fortuna tan loca....y esto lo dice....Rosa.

4:35 a. m.  

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